Punto P: el Punto G del Hombre
El placer de los hombres no se limita al pene. Aunque no lo creas, no. Los hombres tienen 17 zonas erógenas en las que en algunas de ellas pueden sentir mucho más placer que estimulando el pene. Y una de ellas es la próstata. Algunos terapeutas se atreven a decir que la próstata es el punto G de los hombres (bautizado como Punto P). Os vamos a dar algunos consejos para estimular esta zona.
Lo primero que debes hacer es consultarlo con él. Probablemente tu chico jamás haya probado ni imaginado en poder llegar al orgasmo a través de su próstata, y puede ser que la idea de introducirle tus dedos por el ano no le haga mucha gracia en un primer momento. Por lo que sorprenderle sin avisar y introducir tus dedos en su ano sin que se lo espere puede no ser una buena idea. Háblalo con él y si está dispuesto a experimentar nuevas sensaciones, ¡adelante!
Masaje de próstata
Si quieres provocar sensaciones increíbles en tu chico a través de esta parte de su cuerpo debes conocer la zona. La próstata es una pequeña glándula, de unos 4 cm aproximadamente, que tiene forma de castaña. Se encuentra frente al recto y su función es la de nutrir los espermatozoides. Una vez conoces que es la próstata y dónde se encuentra llega la hora de la acción. Es fundamental que tanto tu como tu chico estéis relajados y seguros de hacerlo, la confianza es una de las cosas más importantes. Si él no parece tranquilo lo mejor será dejarlo para otra ocasión, ya que tensará los músculos, entre ellos los del ano, y podría sentir dolor en vez de placer.
¿Cómo hacer un masaje prostático?
La realidad es que para muchos hombres es un tema tabú, ya que para llegar a él hay que tocar la próstata que se encuentra dentro del conducto rectal. Estimulando el punto P se maximiza el orgasmo masculino por el doble o el triple. El primer paso es el de la excitación. Bésalo, séducelo, acarícialo. No pases por alto estos detalles que pueden hacer sentir más confiada a tu pareja. Una vez esté cómodo, estíralo en la cama boca arriba y con las piernas dobladas. Levántale los testículos, el pene probablemente ya lo esté por si solo, y hazle un agradable masaje perineal en la zona del perineo con las yemas de tus dedos, haciendo pequeños círculos. El perineo es la zona que se encuentra entre los testículos y el ano, y es una zona muy erógena en los chicos, y también muy descuidada a la hora de provocar placer en ellos. Intercambia momentos de caricias suaves en el perineo con movimientos aplicando algo de presión.
Llega la hora de estimular su ano. Antes de todo acaricia su parte exterior suavemente mientras le aplicas algún lubricante con base de agua para que el momento de introducirle tus dedos no sea doloroso para él. Mientras haces esto no olvides seguir estimulando su pene, sus testículos o su abdomen. Puedes ir alternando la parte que estimulas para que se excite mucho más. Como con el perineo, aumenta la presión de tus caricias alrededor de su ano pero todavía sin penetrar en él. Si está cómodo y le gusta verás como la erección de su pene aumenta. Entonces habrá llegado el momento de introducir uno de tus dedos.
Para empezar no hay que ser brusco. Introduce un solo dedo lentamente, tan solo la punta. Si ves que todo va bien, que le gusta, sigue introduciéndolo hasta unos 3 centímetros. Cuando lo tengas curva tu dedo hacia su abdomen y tocarás la próstata. Aquello que toques será lo que puede hacer que experimente un orgasmo prostático. Verás que tiene una forma circular e irregular. El momento de estimular la próstata es el importante. Empieza acariciando sus bordes suavemente, sin presionar. Recuerda preguntar a tu pareja si le está gustando lo que siente. Si es así, aplica algo de presión en su centro. Para provocar algo más de placer en él, introduce y saca tu dedo de su ano como si de una penetración se tratara. Recuerda hacerlo cuidadosamente, especialmente si es la primera vez que experimenta una penetración.
Si es la primera vez que probáis la estimulación de la próstata, puede que no consigáis los resultados que esperabais esta vez. Todo es cuestión de práctica y de confianza. Si a los dos os ha gustado la experiencia repetirlo varias veces y verás como con la práctica mejoras y haces que tu chico disfrute mucho más.
Estimuladores de próstata
También puedes hacer masajes de próstata utilizando algún tipo de juguete sexual; los estimuladores de próstata son una muy buena opción para complementar la estimulación del Punto P. Estos pequeños juguetes eróticos se introducen por el recto de manera que la punta quede tocando la próstata. Están diseñados con algún tipo de límite a fin de que no se pierdan por él. La forma que tienen, además de esto, recuerda a los estimuladores del punto G femenino: son como un dildo normal, pero con una curvatura más o menos pronunciada.
Vibradores para la próstata
Estos vibran provocando oleadas de placer. La mayoría tienen diversos niveles de intensidad, por lo que puedes empezar con pequeñas vibraciones e ir aumentándolas progresivamente. Son perfectos para estimular el Punto P mientras tú le estimulas otras zonas del cuerpo, como el pene. Recuerda lubricar el juguete con un lubricante acuoso o con base de silicona para evitar posibles heridas en el recto de tu pareja.
Consigue orgasmos más intensos estimulando el Punto P
La estimulación de próstata es una práctica muy antigua, desde que hay historia hay constancia de sexo anal entre hombres, y por las menciones en la biblia y otros textos históricos.
Un estudio publicado por Mel Magazine y realizado por el psicólogo Allison Kirshbaum con sede en Albuquerque (Nuevo México), en el que preguntó a cientos de hombres acerca de sus hábitos de masturbación, mostró que un 24% de los hombres, tanto heterosexuales como homosexuales, se había introducido algún objeto por el ano; un 35’3% de la muestra prefería estimularse jugando con sus pezones; un 66’4% suele frotar sus genitales sobre una superficie y un 47’7% juega con el chorro de la ducha alguna vez.
Estos datos demuestran que, efectivamente, los hombres heterosexuales también experimentan con su ano; además, debido a los prejuicios, es más fácil que esta experimentación sea a solas, y muy raras veces con otra persona. “Si me estoy dando a mí mismo, no tiene el estigma cultural que implica esa zona”, declara la sexóloga británica Kian De La Cour al medio Gay Star News, “A la gente le gusta pensar que tenemos una sexualidad única y básica, pero afortunadamente somos mucho más complejos y nuestra sexualidad tiene muchos niveles. No debemos tener miedo de disfrutar de lo que nos gusta”.
Prejuicios a un lado, para un hombre puede ser muy interesante recibir la penetración anal, además de que el masaje prostático mientras se masturba puede alcanzar orgasmos tan intensos que es probable que no haya alcanzado nunca si no ha incorporado el masaje de próstata a sus prácticas sexuales. No es fácil sugerir a tu pareja que te gustaría probar una práctica de este tipo, de todas maneras se puede tantear, quizá descubres que probar no es para tanto, un dedito, una bala vibradora o una funda para pene con plug anal puede ser un buen complemento para empezar a experimentar con juegos con la próstata, para aquellas parejas que quieran hacer sexo anal la reciprocidad puede ser un buen incentivo para probar, luego hasta que punto se llega es cuestión ver verlo.
Para practicar el sexo anal suele ser recomendable limpiarse el recto, te podrá parecer aparatoso, pero es mejor limpiar el baño que las sábanas, para un dedito no hace falta lavativa, para ponerse en serio con una penetración intensa seguramente sea lo más recomendable.