El spanking es un juego sexual que seguramente muchos ya practicáis pero no lo conocéis como tal. La traducción sería azotar o golpear las nalgas con la mano o con algún complemento especialmente diseñado para tal efecto, como fustas para azotar. Su juego implica mucho más que unos simples azotes, gira alrededor de un intercambio de roles donde uno de los miembros de la pareja comete algún tipo de acto que implica un severo castigo. En Sexydream te explicamos todos los detalles sobre este fetiche sexual.
¿En qué consiste el spanking?
¿Por qué azotar? te preguntarás. Pues bueno, porque es morboso, ¡maldita sea! A diferencia de otras zonas erógenas, los glúteos son carnosos y repletos de células adiposas; para muchas personas, esto significa que una buena cantidad de presión no solo es tolerable, sino necesaria para provocar sensaciones placenteras. Y, debido a que para muchos el trasero es una zona erógena, un buen azote puede ser la mejor manera de caldear el ambiente. Si buscas añadir un poco de picante a tu vida sexual o si quieres probar un poco de BDSM light, el spanking puede ser ideal para ti y tu pareja.
El spanking no siempre esta ligado a la realización del propio acto sexual, la relación que se establece después de unos cuantos azotes y del juego de roles que se interpretan convierten la experiencia en algo muy excitante. El spanking no tiene que llegar a ser violento pero quienes lo practican encuentran un encanto especial conforme se va aumentando la intensidad.
La manera de hacerlo y las técnicas que hay que usar son clave para hacer del spanking una práctica erótica.
¿Qué precauciones debo tomar para hacer spanking?
La comunicación es esencial si tienes intención de zurrar a tu pareja con unos buenos azotes (o recibirlos tú). Un spanking inesperado puede ser equivalente a una bofetada en la cara para según qué personas si el feeling no es mutuo. Antes de sacar los látigos y las palas, deja caer casualmente el tema a tu apreja, y entonces podéis discutir cómo os hace sentir la idea de probar el spanking y quizá, probarlo. ¿Crees que hablar del tema es incómodo? También lo será si le das a tu apreja una azotaina que no desea. Como cualquier otro tipo de juego sexual, el consentimiento de ambos a la hora de practicarlo y fijar bien los limites es esencial. Hay que buscar una palabra de seguridad para determinar cuando el juego se termina, esto es lo más importante de todo; lo más recomendable es usar el sistema del semáforo, en el que «Amarillo» significa advertencia y «Rojo» detiene inmediatamente el juego. Recordad que unos limites bien definidos permiten disfrutar al máximo del placer.
No te olvides de abrazar a tu pareja tras el spanking, esto es muy importante para devolver al cerebro a su estado normal después de una sesión intensa. No olvides que al fin y al cabo, el spanking es una agresión. Práctica erótica, sí, pero puede llegar a causar dolor, así que tras el acto, lo ideal es demostrarle a tu pareja que la aprecias y está a salvo contigo. Una sesión de abrazos o un baño juntos puede ser una manera excelente de reforzar el lazo afectivo tras una sesión de spanking.
¿Cómo practicar el spanking?
La indumentaria y definir los roles son el primer paso, podrías vestir a tu pareja de colegiala, y por haber sido mala muy mala, tienes que darle unos azotes. Deja que se recueste sobre tus rodillas con el culo en pompa. Empieza suave, sé progresivo, puedes utilizar la mano o algún accesorio, te dejamos un enlace de complementos sexuales para azotar, para que puedas echar un vistazo a nuestro catálogo.
Recuerda, lo que tienes entre las manos es la mas digna y refinada parte de la mujer, no la confundas con un tambor, trátalas como se merecen. Cambia el ritmo según se vaya calentando, si esta disfrutando te pedirá más, llegado a este punto recuerda no perder nunca el control. Tras la azotina es el momento de culminar, vamos el coito de toda la vida.
Miss Sexydream es la redactora jefa del blog del sex shop Sexydream. Especialista en las artes amatorias, le apasiona la literatura erótica, los masajes con aceite y los preliminares que comienzan con una copa de buen vino.
Una sesión de spanking no va ligado a ‘culminar’ después., se puede dar, aunque no tiene porqué, te lo aseguro por experiencia propia. En mi caso particular lo que menos voy buscando es follar, o el coito de toda la vida.
Muy cierto, Cloe. El spanking es muy a menudo la culminación en sí mismo.