BDSM: castigos y penitencias

Una de las partes más importantes de la disciplina que se impone en el BDSM son los castigos. Para saber cuándo imponer un castigo a un sumiso y de qué forma castigarlo en cualquiera de estas prácticas, es necesario establecer primero una serie de normas básicas de cumplimiento obligatorio por parte del sumiso. ¿Todo esto parece difícil de entender? Desgranamos el tema de los castigos y las penitencias eróticas del BDSM: ¡sigue leyendo!

¿En qué consisten los castigos BDSM?

Los castigos en BDSM son correctivos que se aplican a los sumisos por haber infringido alguna de las normas de disciplina establecidas por el amo o dominante, o bien por no haber cumplido alguna orden BDSM. Previo al inicio de la relación, el dominante debe marcar dichas pautas, de manera que la parte sumisa debe saber que, en caso de quebrantar alguna de esas normas, recibirá un castigo sexual.

En dominación, existen dos tipos básicos de castigos, que son los castigos positivos, en los que se impondrá una tarea desagradable al sumiso, o se aplicará algún correctivo sobre el mismo; o los castigos negativos que, al contrario, consisten en la restricción de algo que al sumiso le resulta agradable.

Normas básicas inquebrantables en los castigos BDSM

Además de las normas de conducta para el sumiso, en el BDSM también hay que tener en cuenta las normas básicas de los castigos.

El BDSM es una serie de prácticas sexuales que se realizan siempre con el consentimiento expreso del sumiso. Con los castigos sucede lo mismo, y si se superan estos límites se está cometiendo un abuso en el que se está traicionando la confianza de la relación. Estas son las normas más importantes en los castigos BDSM

Las penitencias deben tener un motivo

Los castigos o penitencias sexuales siempre deben estar justificados. Es decir, el Amo no puede aplicar estos correctivos como venganza, sino que siempre deben estar asociados a una falta cometida por el sumiso. Esta es una norma inquebrantable, y su no cumplimiento supone un abuso por parte del dominante.

Los castigos tienen que ser proporcionales a las faltas

No se debe imponer una gran penitencia por una falta leve. Por eso, los castigos deben ser proporcionales: una falta leve debe tener asociada una amonestación verbal o unos ligeros azotes, es decir, un castigo leve, mientras que una falta grave puede conllevar un castigo más severo.

Y, además, deben aplicarse en tiempo. Es decir, debes aplicar estos correctivos en un tiempo determinado, y todo ello debe estar previamente marcado y consensuado por ambas partes. 

Los límites no son castigos

Los límites determinados por el sumiso y el dominante al comienzo de la relación no deben utilizarse como castigos bajo ningún concepto, por muy grave que haya sido la falta. Esos límites están establecidos para no llegar a ellos en ningún momento, así que hacerlo, o incluso amenazar con hacerlo, supone un abuso por parte del dominante.

Ideas para castigos BDSM

Ahora que sabes cuándo puedes castigar a tu sumiso y en qué condiciones, ¿qué técnicas BDSM podrás aplicar en tus castigos? Te explicamos los más comunes, desde los castigos para principiantes en el BDSM, como es el uso de kits bondage para inmovilizar al sumiso, hasta los que utilizan los más experimentados.

Castigos para la humillación

Los castigos para la humillación se realizan fuera de las sesiones sexuales de BDSM, y pueden darse tanto en público como en ambientes privados. El castigo más común para humillar al sumiso consiste en la limitación de ropa, donde el dominante elige en todo momento las prendas que puede llevar el sumiso, o si debe ir completamente desnudo en lugares en los que sea legal. Otro de los castigos para la humillación más comunes es la humillación pública, que consiste en dejar en evidencia al sumiso o la sumisa, haciendo público su estatus con respecto al dominante.

Castigos para la disciplina doméstica

Estos castigos están pensados para parejas que residen en la misma casa, y consisten en tareas o restricciones que pueden hacerse dentro del hogar. La más común es la imposición de tareas domésticas, aunque también hay muchas otras, que van desde la prohibición del uso de determinados muebles hasta restricciones en la manera de hablar. Hay infinidad de castigos, ¡solo tendrás que usar tu imaginación!

Castigos para el control del orgasmo

El control del orgasmo es el castigo más utilizado y recomendado para los sumisos que llegan al orgasmo sin permiso. Consiste en restringir el orgasmo de diferentes maneras, desde negarlo durante una estimulación constante hasta la castidad absoluta, para lo que existen diferentes dispositivos que impiden al sumiso la masturbación. Otro de los castigos más comunes es llevar al sumiso al borde del orgasmo y prohibírselo finalmente, o esperar a un momento determinado para permitirlo. 

El control del orgasmo es un castigo perfecto para que el sumiso entienda a quién pertenece, y que debe obedecer a su amo en lo que a sus orgasmos se refiere.

Castigos corporales

Los castigos corporales es uno de los castigos BDSM más extremos. Recuerda que no debes superar ningún límite, y que los masoquistas pueden verlos como recompensas. Por eso, estos castigos deben hacerse con mucho cuidado. Por ejemplo, uno de los más utilizados son los azotes: si al sumiso le gustan los azotes con palas sado, hazlo con varas y viceversa, para sobrepasar el límite de lo que le gusta.

After-care después de la sesión

El after-care es una práctica necesaria tras cada relación sexual BDSM. Consiste en pasar tiempo con el sumiso, en el que el dominante se asegura de que se encuentra bien y que es consciente que existe una relación más profunda entre ambos. Esto debe hacerse con caricias o una ducha juntos, así como pasando tiempo juntos: con una comida o una cena, viendo una película o simplemente charlando en la cama.

Los castigos son solo una parte del BDSM, pero debe haber un cuidado más allá entre las partes implicadas.

Miss Sexydream

Miss Sexydream es la redactora jefa del blog del sex shop Sexydream. Especialista en las artes amatorias, le apasiona la literatura erótica, los masajes con aceite y los preliminares que comienzan con una copa de buen vino.

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